Vancouver: el invierno a plenitud en la bahía. (Fotografía de Jules Etienne)

martes, 30 de septiembre de 2014

Tequila: MENOS QUE NADA (capítulo inicial)

"Esta es la noche en la que todos nos envolvemos con la bandera. Somos mexicanos y no se vale dudarlo."

(Fragmento inicial del capítulo I: El síndrome de Juan Escutia)

Sólo quedan los despojos de los festejos patrios desparramados sobre la plaza, la oquedad de las botellas, los tres colores del papel festivo colgando en jirones desde el techo del quiosco y el olor a pólvora de la pirotecnia impregnado todavía en la atmósfera –dicen que así es como huele el diablo-, último vestigio de la euforia patriotera.

Se celebra la independencia sin tanto escándalo como hace cuatro años, cuando tuvo lugar el bicentenario, aunque en los hechos es como si nunca hubiese terminado de consumarse. A través de la fiesta se procura confundir a la existencia y proveerla de júbilo ocasional: Prometeo desencadenado. El engaño colectivo yace adormilado después de su breve ruptura, de tanta explosión de los sentidos, ándele Güerito, ¿pos qué a poco no se va a echar un pozole?... Llévese sus banderitas, sus rehiletes, sus matracas… Aquí tenemos los sombreros, las cachuchas con el águila… Órale cabrón, chúpale al tequila, no te estés haciendo pendejo. Vamos a acabarnos esta para ir por l’otra antes de que vayan a cerrar...

Apenas escuchas las primeras canciones de la presentación de Alex Syntek poco después de la recreación del grito de Dolores y caminas por Aguayo hasta la calle de París, de regreso a tu casa. Desde hace un buen rato, cuando le propusiste a Magdalena que vivieran juntos, encontraron ese lugar en Coyoacan. Ella aprovechó el puente para irse de viaje con sus papás y su hermana menor. Durante el trayecto alcanzas a escuchar un coro desentonado de música ranchera desde el interior de una casa: “… si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí…” A la distancia, las detonaciones de los fuegos artificiales y los cohetones son cada vez más esporádicas y distantes. Esta es la noche en la que todos nos envolvemos con la bandera. Somos mexicanos y no se vale dudarlo.
 

Jules Etienne