Regresa la primavera a Vancouver.

viernes, 4 de agosto de 2017

Carnaval: UNA SERENATA PARA LUPE


(Fragmento del capítulo 4: ... Y se hizo el sonido)
 
Atracaron en el puerto de Mazatlán el último jueves de abril. La presencia de Novarro, una celebridad de la época, suscitó el recibimiento por parte de las autoridades locales. Las dos películas protagonizadas por Lupe: El Gaucho y Bésame, recién se habían estrenado en México en enero y febrero, respectivamente. El reportero enviado por El Correo de la Tarde le preguntó a Novarro el motivo de su visita, a lo que éste respondió que estaba buscando locaciones con el fin de producir un cinedrama sobre el arribo de los españoles que dio lugar a la conquista, para lo cual contaba con el apoyo del gobierno. El mismo periodista le pidió a Lupe que hablara sobre sus planes para el futuro. Tal vez agotada por el trayecto o por una repentina toma de conciencia de que ella no era la estrella en ese viaje, pero el caso es que no se desató a parlotear como acostumbraba. Lacónica, se limitó a contestar con una sola frase:

- Planeo vivir haciendo lo que me gusta.

Se hospedaron en el hotel Belmar, con vista al océano y las peculiaridades de una exuberante parvada de pájaros en su jardín y un trío de imponentes boas que se encargaban del exterminio de los roedores. Al mediodía, se dirigieron a comer en La Concordia, en la esquina de las calles Carnaval y Constitución. A Lupe le sorprendió el hecho de que una calle pudiera llevar el nombre del festejo, pero Novarro, nativo del vecino Durango, había conocido Mazatlán desde su infancia y le explicó que no tenía nada de raro si se consideraba la energía que cada año le dedican los mazatlecos a esa festividad. Hay quienes aseguran que los carnavales son el referente con el que suelen medir el tiempo.


Jules Etienne

La ilustración corresponde a una fotografía del edificio del antiguo club alemán,
en la esquina de las calles Carnaval y Constitución, en Mazatlán.

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